lunes, 22 de diciembre de 2014

Nota para la revista digital ETER

Hace un tiempo, una chica -estudiante de periodismo deportivo- contactó conmigo a través de mi página de Facebook. Ella estaba escribiendo una nota sobre la maratón y porque los etíopes y keniatas dominan esta disciplina, y me pidió ayuda al respecto.

Tras unos meses, éste es el resultado de su nota:

Los genes ayudan, pero no ganan

Los etíopes y keniatas son conocidos como buenos maratonistas, aunque nadie está convencido del por qué. Lo seguro es que no son invencibles.

“¿Sabes por qué los africanos ganan siempre las maratones? Lo vi en un programa de televisión. Es por su manera de correr”, se escuchó en un bar de Buenos Aires. Aunque eso no significa que la técnica que utilizan los keniatas y etíopes sea la única razón por la que ganan las carreras de fondo. Porque si no, ¿cómo fue posible que el atleta argentino Mariano Mastromarino llegase primero en la última maratón de Buenos Aires?

El preparador físico español, Moisés Picón, contó a Eter Digital que existen dos puntos claves por los cuales los keniatas y etíopes son grandes maratonistas. Por un lado, la genética, en cuanto a la tipología de sus fibras musculares, y su composición corporal. Diversos estudios aseguran que las piernas delgadas y alargadas (como en el caso de los keniatas y etíopes) suponen una ventaja antropométrica. Por otro lado,  la preparación física y mental. Los atletas de África le dedican horas a su entrenamiento y no lo hacen, únicamente, por satisfacción propia, sino, más bien, para ayudar a su familia a conseguir una vida mejor. Picón remarcó que ellos corren por necesidad desde pequeños, lo que favorece el desarrollo de capacidades físicas básicas durante etapas tempranas.

En un informe de Canal+ de 2012, Abel Kirui, un atleta keniata, recordó que cuando iba al colegio corría los dos kilómetros que había entre su casa y la escuela. Para ir a almorzar, también corría hasta la casa. Corría todo el día. La carrera formó parte de su vida desde muy pequeño. El medallista de plata en los últimos Juegos Olímpicos afirmó que quiso seguir los pasos de su bisabuelo. “Era como un maratonista”, expresó Kirui. “Recorría largas distancias persiguiendo antílopes. Los perseguía, los cazaba y traía la carne a casa”.

En cuanto a la técnica, Picón remarcó que la gran diferencia entre los atletas africanos y el resto se encuentra en el tiempo que se mantienen en la  fase de vuelo. El impulso hacia arriba y hacia adelante que tienen los keniatas y etíopes “es brutal”, describió el preparador físico. “Al tener piernas más largas y delgadas, gastan menos energía y les permite mantener un alto ritmo de carrera”, señaló el español.

Sage Canaday, el atleta más joven de los Estados Unidos en hacer las pruebas olímpicas para la maratón, grabó un video, junto con otros colegas, donde enseñan la técnica correcta para correr más rápido. “Una de las claves es estar rápido y ligero de los pies. Y una manera para experimentarlo es corriendo descalzo”, aconsejó el actual corredor de montaña. “Cuando corres sin calzado, los nervios de la punta de los pies son estimulados para que no desciendas el ritmo bruscamente”, explicó Canaday. Es por eso que el hecho de que los niños en África se muevan sin zapatos, es una ventaja para la carrera deportiva.

Sin embargo, aunque los genes y el lugar donde uno se cría pueden ayudar a ser buenos maratonistas, esto no significa que los africanos o keniatas siempre vayan a ser los vencedores. ¿Quién no escuchó decir que los africanos corren mucho porque tienen que huir de los leones? ¿O que son flacos porque no tiene para comer? Eso son historias y mitos, pero lo cierto está en algo más complejo. Y si no, pregúntele a Mariano Mastromarino.

Destacar que, además de los aspectos comentados en esta nota, existen otras variables -de carácter fisiológico y biomecánico- que explicarían el dominio de los keniatas y etiopes en las pruebas de maratón. 

viernes, 5 de diciembre de 2014

Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca (VFC)

¿Conoces el concepto de VARIABILIDAD DE LA FRECUENCIA CARDIACA?

Cada vez son más las personas que disponen de un reloj con pulsómetro, lo que les permite registrar su frecuencia cardiaca (FC) mientras corren. Como consecuencia de ello, la FC se ha convertido en uno de los parámetros más usados para controlar el entrenamiento de resistencia de nuestros deportistas.

Como norma general, la FC guarda una estrecha relación con la intensidad del ejercicio, por lo que, a mayor intensidad, mayor frecuencia cardiaca experimentaremos, y viceversa.

En una persona sana, en reposo, los latidos se van produciendo con una frecuencia variable. Este aspecto representa el concepto de variabilidad de la frecuencia cardiaca -VFC- (HRV, Heart Rate Variability). Según Rodas G, et al. (2008), la VFC es el resultado de las interacciones del sistema nervioso autónomo (SNA) y el sistema cardiovascular.

El análisis de la VFC consiste en determinar las variaciones en el intervalo de tiempo entre latido y latido consecutivos (intervalos RR). La manera más exacta de medir la VFC es a través de un electrocardiograma (ECG), aunque ésta no representa la única manera de hacerlo.





¿De qué métodos disponemos  para medir la variabilidad de la frecuencia cardiaca?

- Condiciones de laboratorio: Se realizan medidas durante un corto periodo de tiempo (2’-5’)  antes y después de poner a prueba el sistema nervioso autónomo (SNA) mediante fármacos, ejerciendo control de la ventilación (señalización de la frecuencia respiratoria con metrónomo) y/o mediante diferentes tipos de tests ortostáticos.

- Electrocardiograma de 24 horas: Generalmente mediante un registro Holter, se mide toda la actividad cardiaca mientras el sujeto estudiado realiza todas sus actividades habituales.
Esta medida se utiliza básicamente para valorar el riesgo de enfermedades concretas (cardiovasculares, diabetes mellitus, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica…), aunque también puede resultar útil para la valoración de disfunciones del SNA.

- Durante el ejercicio físico: Algunos relojes GPS de la marca POLAR tienen la opción de medir, de manera válida y fiable, la VFC mediante el registro de los intervalos RR mientras el sujeto en estudio realiza cualquier actividad, incluso el ejercicio físico.

Por medio del análisis de este parámetro podremos saber cómo está siendo la adaptación de nuestro deportista al estrés físico y psíquico. Además, también nos permitirá conocer la adaptación al entrenamiento o competición y predecir estados de sobre-entrenamiento.

Referencias bibliográficas:
· Rodas G, Pedret C, Ramos J, Capdevila L. Variabilidad de la frecuencia cardiaca: Concepto, medidas y relación con aspectos clínicos. Archivos de Medicina del Deporte, 2008; 25, 41-47.